Discurso de Alfonso Durazo, candidato de “Juntos haremos historia en Sonora”, durante el arranque de su campaña a la gubernatura de Sonora en la plaza Emiliana de Zubeldía.
Hermosillo, Sonora, 5 de marzo de 2021.
Amigas y amigos de Sonora:
A quienes nos siguen en esta transmisión a través de nuestras redes sociales.
Muchas gracias por acompañarme en este momento, tanto de forma presencial como virtual. Me siento arropado y muy cerca de todas y todos ustedes.
Quiero aprovechar este momento para expresar mi solidaridad a las familias que a lo largo de esta pandemia han perdido a un ser querido, o han atravesado por problemas graves de salud.
Ha sido un trance duro, que en muchos casos no nos permitió despedirnos de los seres queridos que partían; ello ha hecho nuestros duelos todavía más difíciles. Al igual que muchos sonorenses, he vivido en carne propia esa situación; entiendo y comparto el dolor que eso representa. Mi solidaridad, empatía y afecto está con cada una de esas familias, y con cada uno de esos hogares.
***
Inicio hoy el compromiso más importante de mi vida, plenamente consciente de la responsabilidad que asumo.
Agradezco la confianza que me han brindado los partidos integrantes de la coalición Juntos Haremos Historia en Sonora.
¡Portaré sus siglas con honor y responsabilidad!
A nuestro pueblo de Sonora le digo: ¡No les voy a fallar!
No será una tarea fácil. El desastre que nos dejarán es inocultable. Aun así, ¡no les voy a fallar!
Aquí en la plaza Zubeldía, espacio histórico de las luchas progresistas por cambiar a México y a Sonora; espacio desde el que nos miran 49 razones para trabajar sin descanso por un futuro promisorio para nuestras niñas y niños, recuerdo la lucha de muchas compañeras y compañeros que nos precedieron. Por ellos digo que esta hora no es mía sino de todas y todos los sonorenses que han hecho este paso posible.
Seré la voz del cambio que reclama la sociedad sonorense.
Nuestro movimiento abrirá por la vía del voto, pacífica y civilizadamente, las puertas de la Cuarta Transformación en nuestra entrañable tierra sonorense.
La cambiaremos desde abajo, de calle en calle, de colonia en colonia y de sendero en sendero.
Sonora no puede ser ajeno al proceso de transformación que ha revolucionado las conciencias en todo México. Por el contrario, estamos llamados a ser protagonistas de esa historia de esperanza y coraje.
Estamos destinados a restaurar la grandeza, el brillo y el orgullo que le dieron a Sonora los esfuerzos y la entrega de nuestros abuelos y nuestros padres.
De Sonora han surgido movimientos sociales y líderes que han jugado un papel trascendental en la transformación de México. La lucha de los mineros de Cananea en 1906 fue semilla de la Revolución Mexicana; el maderismo encontró aquí valentía y seguidores.
Sonora recibió y alojó al Constitucionalismo, que sustituiría al régimen porfirista; aquí luchó Jacinto López, que en 1949 recuperó derechos de los trabajadores y fracturó al cerrado sistema político local; aquí se dio el movimiento estudiantil y popular de 1967, que dio paso a la primera alternancia política en Sonora; aquí vivimos la lucha del 2006, 12 y 18, con Andrés Manuel López Obrador al frente, cuyo incesante andar por todos nuestros pueblos y su prédica democrática está concientizando la vida pública nacional.
Nuestra generación tiene hoy la responsabilidad de estar a la altura de esa herencia. Este año debemos recuperar esa tradición progresista sonorense y hacer posible la Cuarta Transformación, con nuestra candidatura común como punta de lanza del cambio.
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Sonora es un estado privilegiado. Somos una tierra de un gran legado histórico y de un enorme potencial y riqueza. Somos el segundo estado más grande del país, contamos con casi mil cien kilómetros de litoral en el Mar de Cortés, nada menos que el acuario del mundo, y tenemos una amplia frontera con la Unión Americana.
Cuenta con una extraordinaria variedad de recursos naturales y con un capital humano de primer nivel. Ello y nuestra vocación agropecuaria, minera, turística y manufacturera nos convierten en un estado privilegiado.
Nuestros predecesores edificaron una economía y una sociedad que por muchos años fue referencia nacional y faro para otras entidades de la frontera norte.
Fuimos capital del Noroeste y nuestro campo vivió por décadas una época dorada; nuestra entidad fue, también por décadas, número uno en agronegocios y número dos en desarrollo en general, solamente detrás de Nuevo León. Fuimos cuna de la revolución verde en la agricultura y se nos llamó merecidamente «Granero de México».
Durante décadas nos ubicamos entre los estados más seguros, no sólo de la frontera, sino de México.
Esto, lamentablemente, ya no es así. En las tres últimas décadas Sonora se ha estancado, ha perdido brillo y liderazgo frente a los estados fronterizos y a nivel nacional.
Esa rica herencia se desvaneció cuando una generación de políticos y empresarios secuestraron el gobierno estatal para su propio provecho; se enriquecieron a manos llenas por todas las vías posibles y aniquilaron el liderazgo nacional que Sonora había labrado con el tesón y el trabajo de millones de mujeres y hombres sonorenses.
Al compás del enriquecimiento de esa élite voraz y sin llenadera, el pueblo, el ciudadano de a pie, vio cómo las oportunidades se desvanecían en medio del saqueo perpetrado por una camarilla incapaz de ver más allá de su mero beneficio.
Este grupo que gobernó, y aún gobierna, con una perspectiva patrimonialista, acumulando riquezas y condenando a las mayorías a una dolorosa precariedad, su legado más atroz es haber empujado a nuestros jóvenes a la desesperanza y al abandono por falta de oportunidades para una vida digna.
Hoy nuestra economía es una de las más débiles de la frontera, la inversión extranjera es la última entre los estados de la frontera; la competitividad va en declive, mientras la corrupción galopa sin freno; la inseguridad es pan de cada día; el abandono de la gente es la regla casi sin excepción.
Hoy en Sonora la pobreza alcanza niveles de hambre y miles de personas carecen de un techo bajo el cual guarecerse. El gobierno del estado y los municipios están en quiebra; sus finanzas requieren terapia intensiva.
Las oportunidades han sido acaparadas por unas cuantas empresas del grupo hegemónico en el poder, o vinculadas a sus intereses.
Pero ya se les acabó.
Esa historia tiene sus días contados. Su fin llegará el próximo 6 de junio con el triunfo de nuestro Movimiento.
***
La Cuarta Transformación implica gobiernos austeros, honestos y eficientes. Significa autoridades que velen por los intereses de los más necesitados y que administren con pulcritud y capacidad los recursos del pueblo.
Cumpliremos nuestras funciones públicas con dignidad y sin despilfarros siempre indignantes. Se acabarán los ornatos y las comodidades para los burócratas de arriba y las enormes carencias para los servidores públicos de abajo. No gastaremos nunca más de lo que ingrese al erario. Cerraremos la llave a subsidios fiscales y evitaremos duplicidades.
Pondremos fin a las prestaciones suntuosas de los funcionarios de alto nivel y adelgazaremos el costo excesivo de todas las dependencias, comenzando con el Congreso del estado; en este último caso, los ahorros se convertirán en becas para las y los estudiantes sonorenses de todos los niveles.
Vamos a combatir la corrupción a fondo; lo haremos como nos ha enseñado el presidente López Obrador, barriendo las escaleras de arriba hacia abajo.
No habrá impunidad ni pactos debajo de la mesa. Tampoco habrá exhibiciones cínicas como las del PRIAN, que hoy coinciden sonrientes en actos electorales y apenas ayer se miraban las caras con acusaciones cruzadas en el ministerio público.
En la Cuarta Transformación seremos facilitadores del esfuerzo empresarial. Los acompañaremos invariablemente, con total transparencia, en la instalación de sus inversiones en territorio sonorense.
Lo haremos, no bajo la lógica neoliberal de que el gobierno debe estar subordinado al capital, sino bajo la visión progresista que valora su condición de generadores de empleos, que justamente remunerados, permiten finalmente sustentar una robusta política de bienestar social en el largo plazo.
Ya les toca a los históricamente marginados; ya les toca a los olvidados, ya les toca a quienes nunca les ha tocado nada. Gobernaremos reorientando el gasto para beneficio de los sectores más vulnerables, basados en el principio más real que publicitario de que, por el bien de todos, primero los pobres.
Esta es la hora de las niñas y los niños que nos miran con desesperanza en las esquinas; de las y los adolescentes y jóvenes sin oportunidades de estudio ni de trabajo; de las mujeres y los hombres que se desviven por llevar el pan a casa; de nuestros adultos mayores, que tras una vida de sacrificios son condenados al olvido.
De nuestros pueblos indígenas, abandonados a su suerte; de nuestras clases medias, a las que el neoliberalismo despojó de su dignidad; de nuestros auténticos empresarios, comerciantes y prestadores de servicios, que se topan una y otra vez con la arrogancia y corrupción de la alta burocracia; de nuestros pescadores, agricultores y ganaderos, a quienes nunca llegan los apoyos oficiales, pues todo se queda arriba.
Esta es la hora de quienes luchan por la defensa y la recuperación de nuestro medio ambiente. Esta es la hora de quienes buscan la paz y la seguridad para los suyos y para sus comunidades.
Lo digo sin aspavientos: esta es la hora de un cambio verdadero para Sonora.
Ya les toca a las mujeres. Empezaremos a pagar la milenaria deuda de discriminación e injusticias contra las mujeres.
El gobierno de Sonora hará de la igualdad de género uno de sus ejes rectores. Mi convicción democrática me obliga a impulsar su participación en condiciones de igualdad.
Tendremos por primera vez en la historia de Sonora un gabinete paritario -mitad mujeres, mitad hombres- con la firme convicción de que la conciencia de género es fundamental para generar mejores soluciones a los problemas que afectan a las propias mujeres en su vida cotidiana.
Las mujeres serán quienes decidan e instrumenten las políticas para su bienestar y desarrollo pleno. Se acabó el tiempo de los hombres que piensan por y para las mujeres. En mi gobierno serán ellas, las mujeres sonorenses, las protagonistas del cambio y la punta de lanza para construir un mejor futuro para todas ellas.
No escatimaremos ningún esfuerzo en la lucha por la igualdad sustantiva. Usaremos los recursos presupuestales, técnicos y humanos que sean necesarios para erradicar todas las formas de discriminación y violencia contra las mujeres.
La atención de los feminicidios será una prioridad. Pondremos en marcha la Alerta Rosa para localizar de manera inmediata a las mujeres desaparecidas.
Y así avanzaremos hasta ser un estado de vanguardia a nivel nacional en políticas de igualdad, con énfasis en el empoderamiento económico, social y político de las mujeres, de manera tal que tengan las herramientas necesarias para construir sus propias historias de éxito.
Ya les toca a las niñas y niños. Seguimos viéndolos en las calles ganándose la vida; niñas y adolescentes embarazadas sin un proyecto de vida; la infancia de muchos que no estudian, incorporados al trabajo repentinamente y en las sombras; vidas que apenas inician y no conocen otro espacio que el de los albergues o la inclemencia de las calles.
Ya les toca a los jóvenes. Son ellas y ellos los que en la etapa más crítica de su vida se ven obligados a dejar nuestro estado en busca de las oportunidades que aquí no encuentran. Esa fuga de jóvenes representa a nuestra entidad una gran merma de talento humano.
Ya les toca a los jóvenes contar con respaldos para el estudio y el desarrollo de sus capacidades creativas. Llegará para ellos la hora de las oportunidades. Ningún estudiante se verá en la necesidad de suspender sus estudios por limitaciones económicas. Este compromiso tendrá prioridad.
Soy un producto nato de la educación pública y gratuita; asumo consecuentemente un compromiso sin reservas en este ámbito.
Es también la hora de las y los maestros de mi tierra, a cuya formación debo más de lo que se imaginan.
Ya les toca a todos nuestros pueblos originarios. Cargan décadas de abandono. Arrastran rezagos históricos. Guiados por el espíritu del Plan de Justicia del Pueblo Yaqui, tendrá prioridad su salud, alimentación, vivienda, educación y cultura en sus respectivas comunidades.
Ya le toca a quienes anhelan la paz y la armonía, indispensables para crear desarrollo a través de la inversión y la generación de empleos.
No me dedicaré a administrar el caos que priva en el estado en materia de seguridad.
Regresaré la paz y la tranquilidad a las y los sonorenses.
Asumo que las fuerzas de seguridad, por competentes y suficientes que sean, son complementarias a la atención de las causas que generan la violencia. Convencido de que la seguridad y el bienestar social son caras de la misma moneda, tendremos el presupuesto social más grande en la historia de Sonora para atender las causas de fondo que la generan.
Si bien no podemos fingir que el problema es sencillo, tiene solución!. Sólo un gobierno estatal ausente explica el crecimiento exponencial de la violencia en Sonora, cuando a nivel nacional, en un escenario más complejo, la estrategia arroja resultados positivos.
Nada de lavarnos las manos en la tarea de pacificar a Sonora. Nada de echar la bolita para arriba o hacia abajo.
Asumo que la atención de este tema es una responsabilidad constitucional indelegable del gobernador, cuyo liderazgo es imprescindible para optimizar los esfuerzos de todas las instancias responsables de garantizar la paz y la tranquilidad de las y los sonorenses.
Los colaboradores no pueden ni deben llenar los vacíos que produce el ausentismo del gobernador. La Mesa Estatal de Seguridad sesionará todas las mañanas y será presidida invariablemente por un servidor, salvo causas de fuerza mayor.
Asumo, además, que la solución de todos los problemas relevantes que se presentan en el estado son responsabilidad política del gobernador.
La atribución para resolver tal vez no sea suya, pero la responsabilidad política de construir los consensos necesarios para dar solución a cualquier problema que afecte de manera general a la población es responsabilidad ineludible del gobernador en turno.
Esto representa un giro de 180 grados en la visión sobre la responsabilidad de gobernar.
Vamos a poner orden, control y disciplina en los cuerpos de seguridad y a reconstruir las bases del Estado de derecho. Combatiremos a fondo la impunidad.
Seré el candidato del Estado de Derecho.
Existirá toda mi voluntad política para garantizar siempre justicia.
Cuando no hay justicia, no hay riqueza.
La adversidad económica es un hecho hoy en nuestro estado porque se sabe que no hay reglas, que todo es moche, corrupción, influyentismo. Una sociedad que ordena esa vertiente, casi por añadidura encontrará desarrollo en lo económico.
El gabinete de seguridad se convertirá en un Gabinete de Desarrollo con Seguridad, que buscará reducir la violencia a través de inversiones y el desarrollo en cada región y municipio. Habrá desarrollo con más seguridad y habrá más seguridad porque llegará el desarrollo vía la reactivación económica. Cada funcionario de mi gobierno trabajará en eso. Ese es mi compromiso y prioridad.
Toda inversión, grande y pequeña, contará con todas las facilidades y certezas legales necesarias para fructificar. Impulsaremos de manera particular la economía familiar, el cooperativismo y las empresas sociales.
Daremos un impulso sin precedente a la transición digital y la mejora regulatoria.
Haremos un largo y sostenido esfuerzo de construcción de instituciones. Por ejemplo, tenemos mil policías estatales; se requieren cuatro mil. Iniciaremos un programa intenso de reclutamiento, profesionalización y mejoramiento socioeconómico de las policías.
Crearemos una academia estatal digna de tal nombre y varias academias regionales, una en Caborca y otra en Obregón. La estrategia apuesta a la creación de una auténtica carrera policial, que abra expectativas razonables a todas y todos los policías de un crecimiento profesional digno, como en cualquier otra carrera.
Propone también un salario digno y unificado a nivel estatal, y prestaciones sociales justas y equitativas.
Vamos a mejorar particularmente las prestaciones laborales y sociales de aquellos que se juegan su vida para salvar la nuestra. Todo ello permitirá reclutar y formar a hombres y mujeres con mejores perfiles. Esto abrirá la posibilidad de que todo cambie en el futuro.
Otra vertiente es la Estrategia de Prevención de las Adicciones. Está planteada como una cruzada estatal de carácter transversal, territorial e integral, que asume que la oferta debe tener un enfoque de seguridad pública y la demanda uno de Salud.
Apostaremos también al fortalecimiento de los valores cívicos y familiares.
Otro gran desafío de la seguridad es la corrupción. Puedo decir sin temor a equivocarme que la inseguridad es un subsistema de la corrupción. De hecho, la corrupción es el germen de todos nuestros males. La combatiremos con la misma prioridad que en el resto de la administración pública estatal.
Estas medidas aplicarán también al sistema de procuración y administración de justicia, al que daremos prioridad presupuestal para ubicarlo en auténticos estándares internacionales.
Al mismo tiempo que seremos exigentes con los cuerpos de seguridad, premiaremos la honradez y la integridad de las policías como nunca antes en nuestra historia.
Crearé una auténtica Unidad de Inteligencia financiera y un sistema de inteligencia para el combate exclusivo al crimen y no para conocer los chismes de alcoba y la persecución de adversarios políticos. No distraeré un solo recurso del gasto público a esas práctica histórica de nuestros gobiernos estatales.
Este conjunto de medidas hará que todo cambie en el futuro en materia de seguridad.
El sector salud será una prioridad. La pandemia ha desnudado la situación trágica en la que se encuentra su infraestructura. La reconstruiremos y la dotaremos de personal, equipamiento y medicamentos en forma progresiva. Particularmente, habrá medicamentos mínimos disponibles en todas las instalaciones de salud.
De paso diré que, nada de vender el actual Hospital General. Será modernizado y convertido en un hospital-escuela que apoyará particularmente la formación de los estudiantes de la Unison.
Mejoraremos las condiciones de trabajo en el sector. No más precarización de nuestras enfermeras y enfermeros. No más eventualidad eterna de nuestros médicos y médicas. Haremos un esfuerzo histórico para basificar al personal heroico que salvó y continúa salvando la vida de miles de sonorenses.
Haremos de las políticas de prevención de la salud un elemento integral de todas las acciones del gobierno. Partiremos de la premisa de que la salud pública no se limita a los hospitales.
Atenderemos las causas de la crisis de obesidad, diabetes e hipertensión que padecemos. Para ellos rescataremos del olvido los espacios públicos recreativos y la promoción del deporte popular y de alto rendimiento.
Construiremos parques lineales y de bolsillo en todos los espacios públicos disponibles, para acercarlos a las zonas donde viven las y los jóvenes.
Los pasantes a quienes se ofrezca la opción de atender poblaciones rurales tendrán un estímulo económico adicional y, por supuesto, se les garantizará su seguridad. Obviamente no se les impondrá atender zonas de riesgo si no hay condiciones para ello.
Ya le toca a quienes han hecho del servicio público una vocación. El Issteson recuperará su condición de garante de la atención médica y de las prestaciones sociales de quienes entregan y han entregado su vida al servicio público.
Ya le toca al turismo. Haré del turismo una de las vertientes fundamentales del ingreso de los sonorenses. Apoyaremos de diferentes maneras a las micro, pequeñas y grandes empresas de turismo. Son ellas las que pueden acercar a nuestro estado a las nuevas tendencias mundiales: el turismo de aventura, gastronómico, deportivo, urbano y de playas.
Los apoyaremos con el relanzamiento de Puerto Peñasco, Guaymas-San Carlos y Bahía Kino, partiendo del rescate de centros históricos, malecones e infraestructura urbana.
Sonora cuenta con condiciones geográficas y humanas para volver al sitio protagónico que le corresponde en el desarrollo de la frontera norte.
Reforzaremos lazos con la Cuenca del Pacífico para dinamizar la economía y aprovechar plenamente el potencial comercial y turístico de nuestra ubicación privilegiada junto a Estados Unidos.
Priorizaremos la inversión pública y privada en proyectos de modernización de nuestra infraestructura portuaria, en particular la de Guaymas, y la ampliación de los distintos cruces fronterizos. Vamos a mejorar la conexión del estado.
A manera de ejemplo, impulsaremos la construcción de una carretera de cuatro carriles de Sonoyta a Puerto Peñasco, de San Luis Río Colorado a Caborca y comunicaremos a Chihuahua con Nuestro estado para potenciar el puerto de Guaymas.
Vamos por una nueva etapa de convivencia colectiva que abra las puertas plenamente a los derechos humanos y sus nuevas vertientes.
Ya le toca a la unión entre los sonorenses del norte y los del sur. Vamos por la unidad del estado y por un desarrollo regional equilibrado; ninguna región concentrará las oportunidades.
En este rubro, el revestimiento de canales secundarios de riego, su tecnificación y el impulso a la agroindustria en el sur serán prioridad. Será prioridad también la atención de las pequeñas comunidades, hoy por hoy de las más marginadas del estado.
Ya les toca a las PYMES. Son las micro, pequeñas y medianas empresas las que han cargado con el mayor costo en la pandemia. Las que menos acceso al crédito tienen, las que enfrentan las mayores barreras regulatorias y la pasividad del gobierno estatal para acelerar el cambio digital que rompa con la tramitología.
Es hora de los emprendedores, de los comerciantes y de los prestadores de servicios. Ya le toca también a una nueva cultura empresarial. Es tiempo que la creatividad de quienes sostienen nuestra vida económica y nuestros empleos sea reconocida y apoyada.
Trabajaremos con el Poder Legislativo a partir del diálogo, los argumentos y las coincidencias a favor de las mayorías. Vamos a regresarle a esta relación la dignidad republicana que merece.
Para garantizar todo ello, antes tenemos que ganar. Tenemos que recuperar al gobierno, hoy en manos de un grupo hegemónico de poder para ponerlo al servicio de todos.
Sin aspavientos, pasaremos del gobierno de un clan, a un gobierno plenamente republicano.
No habrá concesiones ni licitaciones a modo; tampoco concursos arreglados. Nada de proveedores fachada ni creados al vapor. Habrá piso parejo y libertad para todas y todos los emprendedores que participen con honestidad en los esfuerzos para impulsar y reactivar nuestra economía.
No se va a imponer ningún proyecto de infraestructura a nadie. No jugaremos con el medio ambiente ni haremos negocio con su sostenibilidad. Nada de ecocidios ni de iniciativas para acabar con los pulmones de nuestras ciudades.
Si aspiramos a construir una sociedad pacífica, Sonora no puede postergar más la atención prioritaria de quienes han sido marginados de las oportunidades de educación, salud, empleo, alimentación, educación, vivienda; en suma, de una vida digna.
Ya les toca a las comunidades más pobres del estado; tendrán la atención prioritaria que merecen.
Ya les toca también a las colonias. Con un renovado impulso a la infraestructura urbana y social, crearemos espacios públicos que mejoren sus condiciones de vida y eviten que la pobreza sea heredada sin remedio de una generación a otra.
La educación es el mejor nivelador de las oportunidades profesionales. Sin la educación y sin los libros, aquel niño de Bavispe que fui jamás hubiera llegado a este lugar y a este momento.
Así es que por experiencia propia, me propongo transformar a Sonora desde las aulas. Ahí es donde todo debe comenzar bien, para que tengamos un buen final en los desafíos profesionales que presenta la vida adulta.
En el ámbito educativo, garantizaremos un auténtico acceso universal. Buscaremos que en todos los niveles y en todas las regiones y comunidades exista siempre una escuela cercana, equipada y disponible.
Complementaremos los esfuerzos federales de becas, redirigiendo recursos del despilfarro y la lucha contra la corrupción para reducir la deserción escolar y ampliar la cobertura.
Vamos a impulsar como nunca la lectura, el conocimiento de nuestro pasado y el acceso recreativo a la cultura. Aprovecharemos para ello alianzas con instituciones federales como el Fondo de Cultura Económica. Apoyaremos a nuestra comunidad local de creadores y artistas.
En la pospandemia ningún esfuerzo por mejorar y ampliar la cobertura educativa será suficiente si no garantizamos el acceso a la educación digital. En este terreno se juega la batalla del futuro. Tenemos que evitar que se generen nuevas desigualdades que faciliten el aprendizaje de unos y obstruyan e impidan el de otros. Garantizaremos una canasta digital mínima.
Amigas y amigos:
Conozco al Sonora de abajo porque lo viví.
No tengo riqueza heredada por mis padres ni carrera política fundada en su apellido, o en el simple origen de mi cuna. Ni cuna tuve.
Pero sobre todo, lo que me distingue de los otros principales candidatos es algo más profundo que ese origen tan dispar: no conocen la adversidad que padece cotidianamente el ciudadano común. Nacieron con la vida resuelta: son hijos de las más grandes fortunas del estado. Nacieron en tercera base, aunque ellos creen que están ahí porque metieron un triple.
Tengo más kilómetros de tierra, a ras de suelo, aquí en Sonora que todos ellos juntos. Los pueblos que eventualmente han visitado forman parte de mi entraña.
Ya le toca al Sonora profundo.
Ya le toca a los más y no solo a una pequeña minoría de políticos convertidos en grandes empresarios por arte y magia del uso privado de los recursos públicos.
Desde el gobierno de Samuel Ocaña no tenemos un gobierno cercano a la gente. Este es el momento de recuperar al gobierno para ponerlo al servicio de la gente, al servicio de quienes se ganan el pan con el sudor de su frente y buscan mejores oportunidades de desarrollo para sus familias.
Este es el modelo político que propongo para Sonora.
Nuestro liderazgo en el gobierno del Estado hará posible estos cambios con eficacia y gobernabilidad.
Hoy que abrimos una nueva etapa de la competencia política, invito a las y los sonorenses a sumarse al gran reto de construir un nuevo horizonte para nuestro estado; los invito a sumarse para renovarlo, regenerarlo y transformarlo.
Quiero ser el gobernador que inicie el cambio junto con ustedes.
En esta etapa de mi vida no me mueve el afán de riquezas materiales. Me mueve el honor de encabezar la recuperación de la grandeza de nuestro estado y sentar las bases de una nueva prosperidad para todas y todos.
Aspiro a encabezar el mejor gobierno en la historia del estado, no por vanidad sino porque sólo con un gobierno histórico podremos sacar a nuestro estado del hoyo en que se encuentra, y alcanzar la meta de su transformación.
Estamos frente a una oportunidad histórica y no vamos a desperdiciarla.
¡Es ahora o nunca!
Esta lucha y nuestra victoria es el gran privilegio que deparó la historia a nuestra generación.
Pondré toda mi voluntad política y todas mis capacidades al servicio de la honrosa tarea de conseguir que Sonora sea de todos y no de unos cuantos.
Tengo claro el papel que me toca jugar. Pero esta no es tarea para un solo hombre, esta solo puede ser tarea de todo un pueblo.
Solo juntas y juntos, podremos hacer historia en Sonora.
Habrá rumbo, certidumbre y valores en la transformación propuesta.
Gobernaremos con la premisa y las convicciones que marca la 4T: no mentir, no robar y no traicionar al pueblo; austeridad, estado de derecho y combate a la corrupción. Y sobre todo, cuando el pueblo elige, el pueblo manda.
En el Sonora de la transformación habrá un auténtico Estado de Derecho como no lo ha habido en décadas.
Al margen de la ley, nada, y por encima de la ley, nadie.
Gobernaremos con un proyecto claro, guiado por ideas innovadoras y al alcance presupuestal. Lo impulsaremos sin improvisaciones ni ocurrencias.
Gobernaremos para las grandes mayorías, para los obreros que buscan salarios dignos; gobernaremos para los indígenas que claman justicia; gobernaremos para los campesinos y pequeños ganaderos que están al margen del presupuesto.
Gobernaremos para los estudiantes y los jóvenes que quieren transitar por la vida con dignidad; gobernaremos para las mujeres que buscan seguridad y justicia y una vida digna, sin violencias de ningún tipo.
Gobernaremos para todos, pobres y ricos, teniendo siempre en mente que la prioridad son y serán, invariablemente, los más necesitados, los más urgidos, los más olvidados.
Los convocó a una lucha por la recuperación de la grandeza de nuestro estado y a una lucha por la transformación de la política; a relevar las viejas formas de hacer política y a construir una nueva clase política, integrada por jóvenes con capacidad y carácter para resistir el viejo modus operandi de corrupción y complicidad que caracteriza a la clase política en el poder. Con este objetivo las y los jóvenes con vocación política tendrán oportunidades históricas en mi gobierno.
Convocó a una lucha para recuperar el orgullo, perdido hace décadas, de ser parte de esta dura pero generosa tierra, hecha de hombres y mujeres forjados en la cultura del trabajo.
Convoco a reconstruir ese Sonora nuestro que hace décadas era el primero entre los estados fronterizos y jugaba un rol estelar a nivel nacional.
Los convocó a una lucha para sustituir de una vez por todas el sentido predatorio de la política.
La victoria de nuestro Movimiento abrirá las puertas a un nuevo horizonte de esperanza y bienestar para todas y todos, especialmente para los que menos tienen.
Para mí, como dice el Juramento Yaqui, no habrá ya descanso.
Estoy preparado para asumir la responsabilidad.
Me honro de esa identidad que fue históricamente nuestro distintivo: gente forjada en la cultura del esfuerzo.
Sé del valor de la humildad.
A estas alturas de mi vida estoy hecho a prueba de vanidades. He vivido en las cercanías y alturas del poder. Conozco sus lentejuelas; también el canto de las sirenas. Con franqueza les digo: nada de ello me deslumbra.
No aspiro al boato, ni al despilfarro, mucho menos a la frivolidad. Tengo además la ventaja de que no me sé rendir!
La esperanza de la gente está en nuestras manos. Tenemos que ser profundamente responsables en nuestro desempeño.
Caminaré con los pies en la tierra, tal y como lo ha hecho Andrés Manuel López Obrador, el líder social más importante de nuestro tiempo.
Nos ha tocado una época dura, de angustias y temores, pero soy optimista.
Si bien vemos a nuestro estado herido, está de pie, con ganas de caminar .
Vienen tiempos mejores para Sonora.
Vienen tiempos de gobiernos limpios y honestos, de mayor seguridad y de mayores oportunidades.
Nada ni nadie podrá ya detener el curso de esta historia.
El destino nos brinda hoy una oportunidad de cambio. Tomémosla con el entusiasmo que solo se dedica a la construcción de una etapa histórica.
Vamos por una victoria total, para que Sonora vuelva a ser de todos, no de unos cuantos.
Viva Sonora.
Viva el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Viva MÉXICO.
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