Los procesos del PRI contra cuatro de sus gobernadores salientes tienen más la apariencia de una campaña de lavado de imagen y menos el de un compromiso serio por combatir la rampante corrupción al interior de sus filas, aseveró Alfonso Durazo Montaño.
El presidente del Comité Ejecutivo Estatal de Morena en Sonora puso en tela de duda el anuncio dado a conocer por los priistas de que se investigará los presuntos actos de corrupción en las administraciones de los exgobernadores Javier Duarte, de Veracruz, Roberto Borge, de Quintana Roo, César Duarte, de Chihuahua y Rodrigo Medina, de Nuevo León.
“El PRI le está jugando el dedo en la boca a los ciudadanos con estas indagatorias, sobre todo porque sólo se limitan a considerar su expulsión del partido como máxima sanción, si son encontrados culpables, y es el propio PRI el que está investigando a sus militantes. Si realmente desean algo medianamente serio, deben interponer denuncias ante la PGR o hacer uso del recién aprobado Sistema Nacional Anticorrupción”, propuso Durazo Montaño.
El político sonorense se mostró escéptico ante la iniciativa de los priístas, pues consideró que el gen de la corrupción está profundamente arraigado en las prácticas de dicho partido y ha sido el motor que ha mantenido durante décadas el sistema político mexicano.
“Por eso Morena se distingue del resto de los partidos, en especial del PRI, por nuestro compromiso inquebrantable por llevar al poder a personas honestas y comprometidas con el ejercicio público, la rendición de cuentas y la austeridad en el uso de los recursos públicos”, concluyó.