Los resultados mostrados en el informe son deficientes, derivados de un pobre programa de trabajo, ausente en la administración pública estatal, que no atiende las necesidades prioritarias y que tanto demanda una sociedad preocupada e insatisfecha. En general, se nota una actuación carente de calidad política, social y ciudadana, que se refleja en la falta de acciones concretas que solucionen rezagos históricos o al menos atenúen los problemas que se presentan e impactan a los sonorenses en su vida cotidiana.
Falta gobernanza, se ejerce el poder en beneficio de la oligarquía, sus aparentes logros se orientan más a lo mediático, a difundir calificaciones que la posicionan en discretos mejores lugares pero que no impactan en las áreas estratégicas que lleven bienestar para los sonorenses. Falta mostrar resultados y demostrar al pueblo que sus impuestos se ejercen en gasto de inversión o gasto social y no en gasto corriente, que ha sido la lógica presupuestal de toda su administración.
En reiteradas ocasiones su gabinete repite el argumento de que hay muchos avances en áreas no visibles, como si gobernar fuese un acto de fe, donde creer en el Gobierno dependiera de las cosas que no se ven, cuando el reflejo de un buen gobernante se observa en realidades tangibles. Han transcurrido 5 años sin ninguna obra pública significativa o funcional. En la realidad, Sonora, dejando de lado la superficialidad del discurso, sufre de bastantes rezagos: incertidumbre económica, pobreza, desempleo, infraestructura urbana, de salud, educación y una constante pérdida de competitividad en toda la región fronteriza.
No podemos olvidar que al inicio de su administración, prometió un sistema anticorrupción que recuperaría el patrimonio de los sonorenses, saqueado por el anterior gobierno. No olvidamos que en su toma de posesión, afirmó que ninguno disfrutaría del producto obtenido de la corrupción, seguimos esperando resultados, hasta la fecha no hay un solo castigo. Se acumularán los nuevos expedientes al archivo, junto con los de la “Estafa Maestra” y la “Operación Safiro”.
Se trabaja con base a improvisaciones. En el caso del empleo, que según el V Informe mejoró, la realidad estadística es que el 73% de estos empleos son temporales y el 83% son de salarios muy bajos. En crecimiento económico estatal, bajamos al 1.3% durante la actual administración. En salud, tenemos el caso desastroso de la administración del ISSSTESON. Somos último lugar en percepción de combate a la corrupción. Deuda pública en crecimiento, desde que llegó al poder ha estado pidiendo prestado, hipotecando el futuro de los sonorenses, hasta al punto de ser el séptimo estado más endeudado del país y a nivel per cápita en la quinta posición a nivel nacional.
Es importante destacar que Sonora se encuentra en los últimos lugares del país en crecimiento económico con una tasa del 0.1% colocándonos en la posición 19. En generación de empleo formal, ocupa el lugar número 13, en pobreza laboral el número 7, en desigualdad de ingresos laborales, el número 14 y en el índice de progreso social en fundamentos del bienestar en el número 9 y en inversión extranjera, encuentra el lugar número 18. La titular del Ejecutivo, concentra su esfuerzo de gobierno, en proyectar su imagen personal, en comunicación social y publicidad gasta alrededor de 204 millones de pesos anuales, cuando el Estado tiene demandas mucho más urgentes en su población.
Por otro lado, se observa que en el tema de la pandemia a nivel estatal, no hay certeza en su manejo, como tampoco transparencia en los recursos anunciados para su atención, ni acciones que apoyen la recuperación económica, este es un problema que preocupa y angustia a los sonorenses. En seguridad, que no lo menciona en su informe, delitos del fuero común, en aumento, el sonorense se siente inseguro en las calles. El Gobierno del Estado, tiene un gran déficit de policías estatales, en toda su administración, únicamente ha contratado a menos de 100 elementos, con bastantes carencias y rotación de mandos.
Su administración no puede sostenerse en la falacia argumentativa de que todo es problema del Gobierno Federal, quien realiza un enorme esfuerzo, invierte recursos y despliega acciones de coordinación en los Municipios del Estado. No puede construirse un resultado favorable a nivel local, explicando siempre que lo no atendido, es responsabilidad de la federación, eso lo convierte en un aparato estatal ineficiente, ausente, que busca justificaciones en función de identificar afuera culpables y no asumir desde adentro responsabilidades. En la recta final de su administración, el viejo régimen sonorense en decadencia, entró en fase de implosión, que es romperse hacia adentro, deteriorando su estructura, provocando su agotamiento.
Dr. Jacobo Mendoza Ruiz.